No será la IA quien te reemplace, sino quien tenga formación en IA

May 22, 2025 | IA

En los últimos meses, hemos oído mil veces que la inteligencia artificial va a cambiarlo todo. Algunos lo repiten con entusiasmo. Otros con cierto miedo. Pero la verdad es más simple (y más incómoda): la IA no va a reemplazar a nadie por sí sola. Lo hará alguien que sepa usarla mejor que tú.

Ese fenómeno ya está en marcha, y no ocurre en departamentos futuristas, sino en equipos reales: ventas, marketing, ecommerce, operaciones. Profesionales que entienden cómo aplicar IA, automatización o análisis de datos están tomando ventaja frente a quienes dependen de herramientas sin comprenderlas, sin dominarlas y, sobre todo, sin integrarlas en su día a día.

Porque al final, la diferencia no está en el conocimiento, sino en la acción. No se trata de acumular teoría sobre inteligencia artificial. Se trata de saber cómo conectarla con las tareas, procesos y decisiones que mueven el negocio. Ese es el verdadero valor de la formación hoy: no transmitir conceptos, sino desbloquear capacidad de uso real. Productividad aumentada. Impacto operativo. Criterio aplicado.


El error no está en la tecnología. Está en cómo (no) la usamos.

Según el Foro Económico Mundial, casi la mitad de las habilidades laborales actuales dejarán de ser relevantes antes de 2027. Y McKinsey advierte que el 70% de las compañías que no desarrollen skills digitales avanzadas perderán competitividad antes de 2030. La velocidad del cambio es brutal. Y, sin embargo, muchas empresas siguen respondiendo con el mismo reflejo: comprar más herramientas.

Nuevas licencias de CRM. Dashboards más visuales. Plataformas de IA que prometen milagros. Pero muy pocas se preguntan si su equipo realmente sabe usarlas, integrarlas y sacarles partido. El resultado es tan común como frustrante: automatizaciones a medio construir, software infrautilizado, decisiones lentas y talento desmotivado. Lo que debería ser una ventaja competitiva se convierte, poco a poco, en deuda digital.

Y no es por falta de inversión, sino por un fallo en el enfoque. La mayoría de los programas de formación actuales no están diseñados para transformar, sino para cumplir. Cursos genéricos, desconectados del contexto del negocio. Contenidos que suenan bien pero no se aplican. Profesores que no han vivido los retos que explican. Formación sin impacto, sin seguimiento, sin performance.


¿Qué hacen distinto las empresas que sí están ganando?

Las compañías que están convirtiendo la formación digital en una ventaja competitiva estructural han cambiado las reglas. Ya no entienden la formación como un complemento, sino como parte del sistema operativo interno de la empresa.

Lo primero que hacen diferente es cómo personalizan el aprendizaje. Ya no forman “por departamento”, sino “por necesidad real”. Saben que un perfil comercial no necesita lo mismo que uno de atención al cliente, aunque ambos vayan a usar IA. No se trata de repartir el mismo curso a todos, sino de diseñar microaprendizajes conectados con los retos concretos de cada rol.

Lo segundo que cambia es quién forma. Ya no se recurre a docentes académicos, sino a profesionales en activo. Personas que conocen el terreno, que han aplicado lo que enseñan, y que pueden adaptar su enfoque según la madurez del equipo al que forman. Este cambio de perspectiva genera confianza, relevancia y, sobre todo, resultados.

Y lo tercero es que dejan de medir por horas. No preguntan “cuántas sesiones hicimos este trimestre”, sino “qué hemos mejorado desde que empezamos a formar al equipo en esto”. Es un giro brutal: de la formación como evento, a la formación como motor de transformación operativa.


Las skills que sí están marcando la diferencia

Cuando hablamos de formación en IA, muchas empresas imaginan algo complejo, técnico, solo para ingenieros. Pero la realidad va por otro lado. Los equipos que más rendimiento están sacando a estas tecnologías no son los más técnicos: son los más estratégicos. Los que entienden dónde tiene sentido aplicar la IA. Dónde ahorra tiempo. Dónde aumenta la calidad.

Por ejemplo, usar IA generativa para crear contenido, redactar emails personalizados, mejorar respuestas de atención al cliente o crear scripts de vídeo automatizados. O diseñar automatizaciones sin necesidad de código, con herramientas como Zapier o Make, que eliminan tareas repetitivas y liberan tiempo para pensar. O algo tan simple y tan potente como aprender a leer datos con sentido crítico: saber qué es relevante, qué no lo es, y cómo transformar un gráfico en una decisión operativa.

También está ganando terreno una skill menos visible pero decisiva: la colaboración asincrónica. Saber trabajar en digital, sin depender del “reuniónismo”. Con foco. Con entregables. Con claridad. Y todo esto se apoya en una cultura de mejora marginal constante, donde el aprendizaje no se mide por lo que estudias, sino por lo que aplicas cada semana para mejorar un 1%. Esa es la lógica que da resultados sostenibles.


El diferencial ya no está en la herramienta. Está en el equipo que la usa bien.

La tecnología, en sí misma, ya no es una ventaja competitiva. Es un estándar. Todas las empresas tienen acceso a herramientas similares. La diferencia está en el equipo que sabe integrarlas, personalizarlas, adaptarlas y sacarles partido real. Ahí es donde se empieza a hablar de ventaja competitiva humana.

Porque hoy no compites solo con otras compañías. Compites con equipos que aprenden más rápido que el tuyo. Que prueban antes. Que iteran mejor. Que fallan, pero lo hacen en menos tiempo y con más aprendizaje.

En ese contexto, la formación ya no puede seguir tratándose como un extra o un bonus. Tiene que ser parte del core. Parte de tu ventaja estructural. Parte de lo que hace que tu organización se mantenga relevante, motivada y lista para lo que viene.

En Elev8 lo tenemos claro

No creemos en formación genérica ni en catálogos de cursos impersonales.
Tampoco en cursos inspiradores que no aterrizan nada.

Creemos en diseñar habilidades reales. En medir impacto, no impresiones.
En enseñar solo lo que sirve y aplicarlo en contextos reales de negocio.
Porque la IA no es magia. Pero bien entrenada, puede multiplicar la productividad de tus equipos.

¿Y ahora qué?

Si formas parte de una empresa, pública o privada, grande o pequeña, y quieres que tu equipo esté preparado para aplicar IA —no solo conocerla—, empieza por hacerte una pregunta muy simple:

¿Qué porcentaje de mi equipo aplica lo que ha aprendido en formación digital en los últimos seis meses?

Si la respuesta no te convence, no necesitas otro curso.Necesitas otro enfoque.

Y ahí es donde podemos ayudarte.


Necesitas otro enfoque. Uno diseñado para transformar, no solo para enseñar, y en eso, como escuela especializada en formación digital para empresas podemos ayudarte 😜